Por
Ramón Lora R. (lorar19@gmail.com)
Hay
que distinguir entre una cosa y la otra. Reiteramos que lenguaje y lengua no
son las mismas cosas, que el primero es
la capacidad que tiene el ser humano, o sea usted, para dominar lenguas o
idiomas y la lengua es lo que se habla: lengua española, rusa, inglesa, etc.
Entonces
a partir de aquí establecemos con son dos instancia diferente, y que la pereza
mental de muchos hace que no se establezca diferencias ya desmitificadas a
principios del siglo XX. Claro, ambas no pueden ir separadas, ya que aparecen
en el mismo acto lingüístico, es decir, cuando hablamos.
Las
funciones de la lengua varían según el autor y el tiempo, también, se ha encargado
de esa modificación, aunque hay dos autores que sus modelos son los más usados,
hablamos de Román Jacobson y Karl Bühler. Nos quedaremos con las funciones del
primero.
Según
Jacobson estas son: i) Expresiva o Emotiva; ii) Conativa o Apelativa; iii) Referencial;
iv) Fáctica; v) Metalingüística; vi) Poética.
Se
señala que en cada una de estas funciones, hay factores constitutivos o
componentes de todo proceso lingüístico, “de todo acto de comunicación verbal”;
estos son emisor, mensaje o información y receptor o destinatario.
Al
mismo tiempo, el mensaje incluye otros componentes como el contexto o
referente, código (el cual debe ser común entre emisor o receptor), y un canal
físico o contacto.
La
función expresiva o emotiva se enmarca sobre quien emite el mensaje, el emisor,
cuando este hace una expresión referenciada en el objeto o cosa del cual habla.
Aquí se ven emociones, por ejemplo las interjecciones forman expresiones emotivas
de la lengua, expresando un estado de ánimo como ¡Ay! ¡Ah! ¡Guau!, entre otras;
también el uso de las llamadas Malas Palabras, como cuando alguien te pisa el
dedo malo (enfermo) y dices ¡coño! y si es cristiano podría decir ¡santos!
Cuando
una chica (emisor) de buen talento y figura epicúrea o voluptuosa se dirige al
chico (receptor) con el fin de convencerlo, esto siempre se hace en el modo
imperativo, se puede afirmar que usa la función conativa o apelativa. En el uso
del diminutivo o en discursos políticos lo podemos ver, ejemplo: “corazoncito,
mi amor, llévame a la playa a comer un pecaito.”
La
función cognitiva o referencial va dirigida al contexto, conocida también como
función comunicativa. En la función fáctica o de contacto intentamos establecer
y confirmar si nos escuchan (¿Se oye o no se oye?) o queremos llamar la atención del receptor
En
el momento que preguntamos si se entendió lo que explicamos, o qué significa
tal cosa, es decir, cuando usamos la lengua española para hablar de la misma,
utilizamos la función metalingüística. ¿Me doy a entender?
La
función poética o estética se centra en el mensaje. Esta aparece en el momento
que la construcción lingüística seleccionada pretende crear un particular objetivo en el receptor o
destinatario como goce, emoción, entusiasmo, entre otros. Es un error
“enjaular” esta función solo a la
literatura. ¿Se entendió? Si no, escriba
a mi email para cualquier duda.
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