“Felicitamos a todos los locutores dominicanos y me felicito por ser
uno de ellos”
Por Ramón Lora R. (@RamonLoraR)
Hoy 18 de abril se celebra el Día
del Locutor en la República Dominicana, instituido mediante decreto del Poder
Ejecutivo, esto porque en el año 1938 la otrora Dirección General de
Telecomunicaciones, hoy INDOTEL, realizó por primera vez exámenes para proporcionar
de licencias o carnet oficial a los locutores.
La definición más recurrente de
estos profesionales es “persona que por oficio habla ante el micrófono en
estaciones de radio y televisión para dar avisos, noticias, programas, etc.”, pero
si no usa los micrófonos con propiedad y profesionalidad, no puede llamarse
tal.
Locutor deviene de la voz
latina locūtor, -ōris (el que habla), define el diccionario de la Lengua
Española, vigésima segunda edición; también se explica en etimología como
cultismo que tiene de base el verbo latín loqui (hablar) y sufijo de agente
–tor.
Este profesionista hace locución,
lo cual se define como la acción de hablar o expresarse oralmente; como
sinónimos podemos encontrar comentarista, presentador y animador; y por asociación
semántica portavoz, expositor, interprete, entro otros.
Basándonos en la definición dada,
el locutor hace comentarios, y la definición de comentario es que contiene
explicaciones e interpretaciones de un texto para facilitar su comprensión;
entonces el locutor puede hacer juicio, valoración o crítica de algún tema de
forma oral.
Pero para hacer esto, el mismo
debe tener preparación y debe estar dotado de ciertas aptitudes, es decir,
tener conocimientos profundos de Gramática, Literatura Universal, Historia
Universal, Historia, Geografía y Literatura Patria, Leyes generales y en
especial de Expresión y difusión del pensamiento y Telecomunicaciones.
Los locutores de antes eran
oráculos de sabidurías, por su vasta preparación y erudición en diversas materias,
cosa que se ha perdido con el devenir de los tiempos, convirtiendo la misma en
un relajo, en desmedro de la clase por muchos de los que están.
Aspiremos a formar locutores profesionales con programas educativos extensos (no seis meses o un año) y que corresponda con la actualidad, como suceden en Argentina, Cuba, Guatemala, por mencionar algunos países, y podamos disfrutar de verdaderos profesionales del micrófono.
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