La decisión de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y su incumbente de autorizar al Consorcio Minero la instalación de una cementara en los Haitises, tiene y deber ser enfrentada por todos los sectores que trabajan por el mantenimiento, fortalecimiento y consolidación de los recursos naturales.
No, a esta medida descabellada que atenta en contra de una nación con escasas reservas ecológica y que ahora Jaime David Fernández Mirabal, adjurando a sus distinguidos apellidos y el historial de lucha de sus familiares por los mejores intereses de la nación trata de asesinar con su disposición a un país que confronta serios problemas con el agua potable.
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