Por Ramón Lora R.
El caso de Vakero El Cantante no es un baladí tema de farándula, donde una persona quiere expresar su soberbia por la fama o trafico de influencia, es algo más allá que eso.
Es un caso de derecho, de respeto a la identidad de las personas, respeto a los derechos civiles que tiene cada uno de los dominicanos en un país que no es país y ha perdido la perspectiva de obediencia al orden.
El articulo 43 de la Constitución de República Dominicana consagra el derecho al libre desarrollo de la personalidad que tenemos todos. Asimismo tenemos derechos ciudadanos expuestos en el articulo 21 que debemos defender y que solo se pierden con la condena irrevocable de un tribunal, lo cual no ha sucedido con este artista.
Pero también, le pudo ocurrir a cualquiera de nosotros con otro caso donde se quiera irrespetar los derechos que tenemos, por un santo reglamento que no puede estar por encima de la doctrina.
El señor director de las Nuevas Cárceles Modelos, Ismael Paniagua, es una vergüenza para el sistema penitenciario y por ende judicial de nuestro país.
Quien le dijo a el que se pierden los derechos ciudadanos cuando se acoge una medida de coerción contra alguien. Esto es serio, no simple farándula.
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